superpoblación de héroes

el pasado día 7 de octubre, al poblado marinero del Cho Vito le llegó la hora. Más de medio centenar de efectivos del cuerpo de Intervención de la Guardia Civil y una pala mecánica se encargaron de que las cuevas donde vivían más de 20 familias fueran desalojadas, y sus casas terminaran reducidas a escombros. Y ahora que mi puesto de trabajo pende de un hilo, y que repto por las paredes como alma en pena, me acuerdo que la semana pasada yo estuve allí, que trabajé como una loca, con una sonrisa de oreja a oreja, porque estaba viviendo un momento importante: la ejemplarización feaciente y táctil de que en esta isla hay más mierda que en un vertedero.



evidentemente Cho Vito no resistió, y mucha gente se ha quedado en la calle. Yo estuve en las casitas, humildes, más de una ruinosa, que el único pecado que han cometido es vivir en una de las zonas más privilegiadas de Tenerife: enfrente del mar, sin que un cochino Hotel de 5 estrellas esté delante.

se llevaron hasta a la Virgen de Candelaria, que los vecinos habían colocado en las puertas, no fuera a que a la Patrona le diera por hacer un milagro, y se fastidiara toda la operación: vamos a cargarnos este pueblucho de mala muerte para construir unas casitas "guapas guapas"


las palas, los agentes armados, la gente llorando, los medios de comunicación esperando como carroñeros que hubiera sangre... fue una experiencia increíble, que estoy muy contenta de haber vivido. Como profesional y como persona. Como periodista porque me di cuenta de que puedo con casi todo, y que me queda muchísimo que aprender. Como ser humano, para dejar de sorberme los mocos por vanalidades. que yo tengo un techo, no se si muy legal, pero techo. y pobre del que se le ocurra echarme... porque yo no reaccionaría como los choviteros, que dieron una lección de dignidad. a mí que me quemen en mi casa conmigo dentro, que pa´ eso es mía.

a nuestro alredor suele haber una superpoblación de héroes. pero nunca los vemos.

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