-¿Quién es?
-Soy la incertidumbre, el miedo a los pasos largos, el tembleque de las rodillas, las sonrisas nerviosas y los roces intencionados debajo de las mesas de café.
-Pasa, pasa, te estaba esperando.
-¿Me esperabas?
-Sí, claro. Hace mucho tiempo que no estabas por aquí, y te echaba de menos.
-Pero ya sabes lo que traigo: dolores de cabeza, ardores de estómago, alguna que otra lágrima, y suspiros de amor, algunos contaminados.
-Ya. Pero gracias por venir. Te necesitaba.